Un poco de la historia del Sensei Juan Carlos Mejia Gutierrez
El sensei Juan Carlos Mejia Gutierrez es un apasionado de las artes marciales y siempre lo ha sido. Pero para hacer esto más personal, déjenme contarles mi historia en mis propias palabras:
Casi podría asegurar que no hay un momento en que las artes marciales no hayan estado presentes en mi vida. Mi afición hacia ellas comenzó en los años 70, cuando pasaba las tardes viendo películas de kung Fú, o de cualquier otra arte marcial, que estuviera al aire.
Pero fue solo a mis trece años que todo cambiaría. Una tía quería aprender a defenderse y se inscribió en la liga de judo del valle, entonces me pidió que la acompañara. la afición de mi tia, duraría solo 3 meses y así, cuando ella dejaba el uniforme a un lado, yo empezaba a emocionarme con este arte. allí entrenaría durante tres años. Los triunfos y las derrotas hicieron de esta, una de mis mejores experiencias de adolescencia.
GITANO MARCIAL
Los años pasaban y el panorama, de repente se me presentó tentador. Después de ver la película karate kid (1984) , el karate empezó a adentrarse en mi imaginario. Y de repente, un día cualquiera me vi renunciando al judo y entrando al mundo de “Miyagui”. No crean, alejarme del judo me dio tristeza, pero el karate compensaba con creces mi nostalgia.
Así pasaron varios años y cual gitano marcial navegué por los diferentes estilos de esta arte marcial. Empecé con Karate Shotokan, pasé al Gojo Ryu, después practiqué Wado Ryu, hasta que por cosas del destino llegué por invitación de un amigo a la escuela de Taekwondo de la universidad del Valle. Ya corrían los años 90.
Yo tomé la invitación como un reto, ya llevaba casi 7 años entrando y quería demostrarme ante los demás como un “rey de las artes marciales”, pero la cosa no pudo salir peor. Terminé siendo objeto de en una paliza que, aún hoy, me cuesta superar. Por supuesto, en ese momento vi al Taekwondo con nuevos ojos y me enamoré otra vez pero ahora, de esta arte marcial.
GLENDALE TAEKWONDO-USA, Una experiencia única
Unos años después en los ángeles, CA, ingresé a Glendale Taekwondo y allí bajo la tutela del maestro coreano Seung kim y Edward francisco (un mentor como pocos) , mi experiencia tomó un nuevo rumbo. Fui a torneos varios y logré alcanzar mi cinturón negro 3er dan y finalmente me convertí en el sensei Juan Carlos Mejia Gutierrez.
Cuando miro hacia atrás, vuelvo a vivir cada una de las experiencias. Un camino apasionante donde conocí gente increíble, sufrí lesiones infaltables y afiancé pasión hacia el Taekwondo.
Master Kim and Master Edward Francisco en Glendale Taekwondo-USA
Tiempo después tuve que mudarme de la ciudad de Glendale, y la vida me llevó al centro marcial que el maestro James Choi manejaba. Junto a este maestro, exploré nuevos caminos en el Taekwondo. Ha sido sin duda uno de esos maestros que siempre llevo en mi memoria, en mis practicas y en las enseñanzas que imparto a mis alumnos
Mi último entreno con James Choi en Culver City, CA
Tras muchos años de vivir en el exterior, finalmente regresé a Cali-Colombia alrededor del 2010. Los años no habian pasado en vano, ya con serias lesiones de espalda y en una de mis rodillas, ya no podía patear como en viejos tiempos.Como nunca he concebido mi vida, sin las artes marciales, emprendí mi busqueda hacia arte marcial más amigable y que no fuera tan susceptible a las lesiones. Entonces regresé a entrenar Karate Do Shotokan. En este retorno me re encontré con el Shijan Carlos a. Lugo y su escuela carlos lugo karate do sport club. Después de muchos años de entreno y galones de sudor, en el 2018 adquirí mi cinturón negro 1er dan en karate shotokan.
Junto al honorable Sensei Alfredo Polanco
Haber tenido las artes marciales en mi vida sin duda han marcado mi carácter, mi profesión y mi manera de ver el mundo. Gracias a ellas me he puesto de pie una y otra vez, sin importar el tipo de obstáculo que me desplome. Como lo dije al comienzo, no puedo imaginarme mi vida sin patear, saltar y golpear, por eso he desarrollado este espacio de dialogo con otros que quieran, al igual que yo, compartir sus experiencias, resaltar sus logros y que juntos, promovamos a aquellos maestros que de verdad lo merecen. ¿desean compartir algo? soy todo oídos. ¡gracias!